El Pabellón de México en la Expo 2010 Shanghái presenta piezas arqueológicas y arte original capaces de impresionar a las élites mejor educadas de China. Entre artistas de las culturas maya y mexica, Frida Kahlo, Rufino Tamayo y otros igual de importantes, una parte del Pabellón de México invoca la grandeza del pasado de nuestro país.
El Pabellón de México también muestra aspectos de nuestro presente, pero de una manera un poco más sutil y menos afortunada. Junto a la grandeza que proyectan nuestros artistas milenarios y contemporáneos, se pueden leer explicaciones con faltas de ortografía que reflejan la falta de cuidado de los encargados de representar a México en la Expo 2010 Shanghái. Este es nuestro presente. No importa la trascendencia del evento, ni que esta sea la participación más costosa de México en exposiciones internacionales en las décadas recientes; cuando a un gobierno lo que más le importa es ahorrar hasta en los sueldos de sus anfitriones (edecanes), mientras más y más presupuesto se hace difícil de rastrear mediante contratos con empresas privadas, es lógico que se descuide este tipo de detalles.
“Descúbre” no lleva acento gráfico
En el idioma español, las palabras graves que terminan en vocal no llevan acento gráfico. “Descubre” no lleva acento gráfico. Si no me creen pueden consultar la conjugación del verbo descubrir en el Diccionario de la Real Academia Española.
Aunque un poco más difícil de identificar, no está de más recordarles a los museógrafos encargados de nuestro pabellón, que en inglés los gentilicios se escriben con mayúscula inicial. “mexicans” se escribe “Mexicans”.
Ya nos estamos dando a conocer a través del Pabellón de México como un país que no sabe diferenciar entre un evento cultural y uno comercial, que explota con salarios miserables a su juventud, y que esconde la información al público mexicano para aparentar éxitos donde no existen. Ahora queremos dejar huella por escrito de lo “mal hechos” que podemos ser cuando nos lo proponemos.
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